EXIT 18, naturaleza muerta
31-05-2005
Con el título Naturaleza muerta / Still-Life acaba de salir el número 18 de EXIT que será presentado en el stand individual de nuestra editorial en la feria de arte Art Basel (14-20 Junio), en la ciudad suiza de Basilea.
Como de costumbre, un editorial de Rosa Olivares, La vida se va como el humo, abre el número con una serie de reflexiones genéricas sobre el tema y su evolución en la historia del arte, y, en particular, en relación con la fotografía, además de sus vínculos con la representación del paso del tiempo y la vida cotidiana.
Una visión ensayística y más amplia la aborda en este número el autor y profesor de la Universidad de Vigo, Alberto Ruiz de Samaniego, quien traza en su texto, El tiempo de un bodegón, un itinerario transversal que recorre el tema de la naturaleza muerta desde lo artístico y lo estético hasta lo filosófico y lo sociológico, desde la melancolía que habita en las vanitas hasta el consumo capitalista que se deriva de los objetos.
Entre los dos artículos centrales, se incluyen 4 portfolios de 10 páginas cada uno de 4 artistas en cuya trayectoria la naturaleza muerta constituye un referente significativo. El joven norteamericano Zachary Zavislak inicia esta serie de dossieres con una obra muy canónica, inspirada en los bodegones barrocos y una puesta en escena muy cuidada, tal y cómo se comenta en el texto de Celia Díez que acompaña sus imágenes. La mirada del alemán, radicado en Londres, Wolfgang Tillmans, está más en la línea de lo doméstico y lo cotidiano, con una aparente superficialidad que encierra un profundo conocimiento e interés por el tema como demuestra en su propio texto de acompañamiento. Opción distinta es la del español Manuel Vilariño, que lleva años trabajando con animales disecados como simbologías de fuerzas místicas, sacrificadas y sagradas al tiempo, y que presenta sus nuevas vanitas con velas, frutas y cráneos; un texto de Miguel Ángel Ramos ahonda en el pulso poético de sus imágenes. Por último, el estadounidense Joel-Peter Witkin, un clásico siempre controvertido, aporta sus desgarradoras imágenes en blanco y negro, con sus fragmentos de cadáveres y otros elementos que recrean el género con un lenguaje muy personal, aportando también sus propias reflexiones en un breve texto ad hoc en el que se autodefine como un Payaso/Filósofo.
El otro texto central de este número, La puesta en escena del objeto, corre a cargo del profesor y crítico italiano radicado en Milán, Alberto Veca, quien, desde una perspectiva más formalista, repasa la herencia del barroco y de la historia de la pintura en general a la hora de analizar las composiciones y disposiciones de los elementos que reposan sobre la escenografía de la mesa en toda naturaleza muerta.
Además de los cuatro artistas seleccionados para sus respectivos portfolios, se incluyen también imágenes de Daniel Blaufuks, Toni Catany, Enrico Cattaneo, Teresa Cavalheiro, Hannah Collins, Pere Formiguera, Flor Garduño, Claus Goedicke, Jan Groover, Evelyn Hofer, Hong Lei, Laura Letinsky, Saverio Lucariello, Esko Männikkö, McDermott & McGough, Douglas W. Mellor, Priscilla Monge, Jean-Luc Moulène, Holger Niehaus, Gabriel Orozco, Olivia Parker, Bernhard Prinz, Olivier Richon, Rubén Santiago, Jörg Sasse, Cindy Sherman, Alec Soth, Emmanuel Sougez, Joseph Sudek, Sam Taylor-Wood y Jeff Wall, entre otros. Diferentes miradas y variaciones (naturaleza muertas, bodegones, vanitas, memento mori, gabinetes de curiosidades), como homenaje a un género clásico de la historia del arte que mantiene su vigencia y vitalidad en la producción fotográfica contemporánea.
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